Los campos de tulipanes de Holanda son considerados como el símbolo del país y uno de los destinos turísticos más atractivos del mundo. Cada primavera, estos campos se convierten en una alfombra de colores que atrae a millones de visitantes de todo el mundo.
Los holandeses cultivan tulipanes desde hace más de 400 años. En el siglo XVI, los tulipanes se introdujeron en los Países Bajos desde el Imperio Otomano y se convirtieron en un símbolo de estatus para los comerciantes adinerados. La pasión holandesa por los tulipanes condujo a la creación del famoso comercio de tulipanes, que alcanzó su punto máximo en el siglo XVII. Durante este tiempo, los bulbos de tulipanes se comercializaban a precios astronómicos y se consideraban una forma de moneda.
Hoy en día, los Países Bajos son el mayor productor de tulipanes del mundo, y los visitantes pueden disfrutar de la vista de millones de tulipanes que florecen en los campos desde mediados de marzo hasta mediados de mayo. Los campos de tulipanes más famosos se encuentran en el área de Bollenstreek, que se extiende desde Haarlem hasta Leiden. Esta región se conoce como el “distrito de los bulbos” y alberga algunos de los campos de tulipanes más hermosos y extensos del país.
Además de Bollenstreek, hay muchos otros lugares en los Países Bajos donde los visitantes pueden disfrutar de la belleza de los campos de tulipanes. Keukenhof, también conocido como el “Jardín de Europa”, es el jardín de flores más grande del mundo y atrae a millones de visitantes cada año. Este parque cuenta con más de siete millones de tulipanes, narcisos y jacintos, así como otras hermosas flores y esculturas.
Los visitantes también pueden explorar la campiña holandesa en un recorrido en bicicleta o en automóvil y descubrir gemas ocultas como el pequeño pueblo de Lisse, que alberga el castillo de Keukenhof y el hermoso molino de viento De Nachtegaal.