En las profundidades de la ciudad de Ekaterimburgo en Rusia se encuentra la cueva más colorida que jamás hayas visto. Las paredes de esta mina de sal abandonada están cubiertas con patrones psicodélicos, causados por las capas naturales de carnalita, un mineral utilizado en la producción de fertilizantes para plantas, y en la mayoría de los casos es de color amarillo a blanco o rojizo, pero a veces puede ser azul o incluso completamente incoloro. Una pequeña parte de las minas de carnalita siguen en uso, pero la mayoría de los pasajes ahora están cerrados y fuera del alcance del público sin un permiso especial del gobierno.
Las siguientes imágenes fueron tomadas por el fotógrafo Mikhail Mishainik, de 29 años, quien pasó más de 20 horas explorando el laberinto tenuemente iluminado y pasó la noche en al menos tres ocasiones.
“Las minas son enormes y se extienden por muchos kilómetros de ancho y largo, un solo túnel puede tener más de cuatro millas de largo. Es difícil describir cómo se siente estar tan abajo, pierdes la noción del tiempo y el aire es muy seco, siempre tienes sed”, dijo Mikhail Mishainik a The Daily Mail.
“Existe la posibilidad de una fuga de gas de productos químicos como el metano, el dióxido de carbono de sulfuro de hidrógeno y el riesgo de un deslizamiento de tierra”, agregó Mikhail. “El elemento de peligro es parte de la diversión y es una sensación especial estar en un lugar que muy pocas personas han visto”.