Después de vivir en las calles con una pierna rota, Blueberry fue rescatada por una mujer noble que le ofreció una nueva vida en su cálido hogar.
En su camino al trabajo, a Shena le encanta contemplar los amplios campos de arándanos que bordean la carretera, pero también observa regularmente mucha basura cerca y, a veces, ve coyotes merodeando por la zona. Sin embargo, un día vio una ‘bolsa de basura negra’ moviéndose de manera extremadamente extraña.
Aunque iba a pasar por alto la ‘bolsa de plástico negra’, siguió conduciendo, ya que su instinto la impulsaba a dar la vuelta. Caminando por la concurrida carretera, encontró un pequeño perro negro solitario acurrucado en los arbustos de arándanos y, lo peor de todo, tenía una pata fracturada.
“Estaba asombrada”, dijo Shena a The Dodo. “Sus ojos se expandieron y una oleada de puro alivio se apoderó de mí”, continuó. Asimismo, se acercó con delicadeza a la perra, tratando de no asustarla, incluso la llamó en repetidas ocasiones, pero le era imposible escucharla por el ruido de los automóviles que circulaban por la peligrosa vía.
Shena observó que el perro estaba gravemente herido, ya que una de sus piernas parecía estar colgando torpemente, por lo que quería obtener ayuda lo más rápido posible, pero el desafortunado perro aún desconfiaba de los humanos y se alejó corriendo de ella. “En un momento la perdí de vista y me sentí terriblemente preocupada”, relató Shena. “Entonces comencé a entrar en pánico”, dijo.
La mujer también mencionó que le preocupaba perderla de vista y que la dejarían sufriendo sola. “Comencé a correr por el borde del campo de arándanos, mirando cada fila”, relató Shena. Pero después de lo que pareció una eternidad, la encontró de nuevo y rápidamente tomó una riñonera de su vehículo para convertir la correa en una correa para perros.
Una vez que obtuvo la correa casera para perros, Shena se acercó a la perra con mucha delicadeza y pudo atraerla hacia su vehículo. “Mi corazón estalló de alegría”, dijo la mujer. “Estaba tan feliz de poder ayudarla”. Para lograrlo, la llevó al Hospital de Animales de la RAPS, donde los veterinarios comenzaron a trabajar curando su pata fracturada.
Muy pronto, se hizo evidente que Shena nunca podría irse con su nuevo amigo, a quien llamó Blueberry por el lugar donde se conocieron. El perro que antes desconfiaba de las personas ahora es el más cariñoso del mundo. “Ella también es una aficionada increíble y puede ser divertida”, afirmó la mujer.
Shena está muy contenta de haber dejado de conducir ese día, ya que pudo salvar una vida y conseguir una nueva mejor amiga con la que disfruta de momentos familiares. “Ella hace sonidos de duendes increíblemente lindos cuando está emocionada. Está ansiosa por complacer. Ella también hace todo al mil por ciento”, afirmó la mujer.
“[Blueberry] ha subrayado cuán genuinamente magníficos, amorosos, indulgentes y confiados pueden ser perros (y animales) cuando se los trata con amor, amabilidad, respeto y compasión. Estoy muy agradecida de que nos hayamos encontrado”, finalizó Shena. Aquí un video de su rescate a su nueva vida: