Salar de Uyuni es uno de los destinos turísticos más populares de la hermosa Bolivia. No solo es conocido por su producción de sal, sino también como un lugar ideal para la exploración.
Ubicado en el suroeste de Bolivia, el Salar de Uyuni es el regalo más maravilloso que la Madre Naturaleza le ha dado a este país. El área de este salar es 15 veces más grande que la de Singapur. Hace más de 40.000 años, esta zona formaba parte de un lago prehistórico. Con el tiempo, cuando el lago se secó, dejó una llanura salada.
Este es el salar más grande del planeta, 25 veces más grande que el famoso Bonneville Salt Flats en los Estados Unidos. Los residentes locales cosechan la sal de manera tradicional, amontonándola y esperando que el agua se evapore antes de secarla y agregarle yodo antes de envasarla.
Los mineros extraen unas 25.000 toneladas de sal al año, una pequeña fracción de las 10.000 millones de toneladas disponibles en la zona. Los residentes locales también ofrecen recorridos por el proceso de elaboración de la sal a los turistas, produciendo pequeños paquetes de sal como recuerdos y agregando un poco de suerte a sus vidas.
Cuando visite el Salar de Uyuni, quedará hipnotizado por el paisaje natural impresionantemente hermoso y surrealista: vastas salinas planas que reflejan todo lo que las rodea para crear una escena mística. Además, hay flamencos rosados, cactus gigantes y la magnífica cordillera de los Andes que rodea la zona.
El Salar de Uyuni no solo brinda un paisaje deslumbrante, sino que también brinda importantes beneficios económicos a Bolivia. En particular, contiene una gran cantidad de litio, un elemento crucial para fabricar baterías. Además, este salar es un sitio para que la NASA realice mediciones satelitales.