Hace unos días, un grupo de pescadores holandeses y un equipo de investigadores de varias instituciones holandesas documentaron y estudiaron una marsopa bicéfala recién nacida.
Los investigadores describieron cómo los pescadores capturaron la marsopa, la fotografiaron y luego la arrojaron al mar, según las reglas que les prohíben quedarse con mamíferos capturados. Antes de lanzarlo, tomaron múltiples fotografías y las enviaron al equipo de investigación.
Al examinar las imágenes, los investigadores encontraron indicadores de que la marsopa había nacido recientemente. Las aletas dorsales estaban flojas, la abertura umbilical aún estaba abierta y la cola no se había endurecido, lo que sugiere que no podía nadar. Además, ambas cabezas todavía tenían vello facial, que normalmente se desvanece poco después del nacimiento en marsopas sanas.
El equipo de investigación también determinó que la marsopa era macho y tenía dos cabezas completamente formadas, pero solo un cuerpo. Creen que la marsopa se unió simétricamente, lo que ocurre cuando dos embriones se fusionan para formar uno. En otros casos, un solo embrión no se divide, evitando la formación de gemelos distintos.
Aunque ha habido algunos incidentes informados de avistamientos conjuntos conocidos en cetáceos, esta es la primera vez que se ve una marsopa con tal condición. Se cree que los gemelos, siameses o no, son poco comunes en las marsopas porque las crías de marsopas en gestación son demasiado grandes.
La formación de gemelos unidos generalmente mata a la madre, aunque se desconoce si fue el caso del descubierto en el Mar del Norte.