Una de las características más distintivas del Gran Cálao es su notable pico. Este majestuoso apéndice, adornado con un casco prominente, es a la vez una herramienta y un espectáculo. Sirve para múltiples propósitos, desde recolectar frutas e insectos hasta establecer el dominio y atraer parejas. Los ecos resonantes de sus llamadas profundas y resonantes llenan el aire, señalando su presencia y haciendo eco a través del bosque como una proclamación de sus límites territoriales.
Estas magníficas aves no solo son famosas por su apariencia física sino también por sus fascinantes comportamientos. Forman fuertes lazos monógamos, con machos y hembras participando en elaborados rituales de cortejo. El macho presentará ofrendas de comida a la hembra, demostrando su compromiso y dedicación. Una vez que una pareja se ha unido, trabajan juntos para construir un nido en lo alto de los árboles, creando un refugio seguro para sus crías.
La dieta del Gran Cálao consiste principalmente en frutas, siendo los higos un manjar favorito. Su gran pico le permite arrancar frutos de las ramas y lanzarlos al aire, atrapándolos y consumiéndolos sin esfuerzo. Al alimentarse de los frutos, se convierte en un importante agente de dispersión de semillas, contribuyendo al crecimiento y diversidad del ecosistema forestal.
Aunque venerado por su gracia y magnificencia, el gran cálao enfrenta desafíos en su hábitat natural. La pérdida de hábitat y la deforestación plantean amenazas importantes para su supervivencia, lo que hace que los esfuerzos de conservación sean cruciales. Las organizaciones y las comunidades locales están trabajando incansablemente para proteger estas majestuosas aves y los ecosistemas de los que dependen.